INCITACIÓN

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“Es hora de mantener la calma, de serenarse” nos invitan los futuros candidatos a dirigentes del CARC.

Nunca sabremos si lo dicen por convicción, por repetir un lugar común, por cagones, por algún interés creado, o porque visionariamente imaginan conflictos sobreagravados por los actos de la ira popular. Esto último, la virtud del visionario, es casi incompatible con querer dirigir Central, según nos muestran las últimas décadas.

Hotcanalla hace el llamado opuesto: éste es el momento de la violencia; en estos días en que perdura, latiente y mojada, la bronca ulcerante del domingo, hagámosle caso al diablito que nos aconseja al oído, parado en nuestro hombro izquierdo y vestido con una camisetita canalla Penalty de paquetero.
Esta marea alta vengativa que casi por instinto –la inorganicidad viene siendo nuestra ley- se juntó frente a la casa de Usandizaga luego del partido, lamentablemente quedó dispersada por insuficiente, mientras cientos de miles optaban por la depresión. Pero no es tarde: esta tragedia que dejará su cicatriz por la eternidad aún no cierra su duelo. Esta semana es toda nuestra. Es nuestro deber generar una noticia de dimensión mayor al mismísimo descenso.
El impulso combativo de esos pocos cientos que estuvieron donde había que estar el domingo 23/5 desde las 17.00 es el ejemplo, y a lo sumo que la discusión sea la que se dio frente a la segunda fortaleza que se atacó, el domicilio de Manuelito, en Güemes 2050: si tiene que parecer un accidente o que terminen como Mussolini. Y si por error la liga un pecho, qué va'cer...
Luego de ensayar varios cánticos brotados de sano odio, el que más nos unificó fue: Olé olé, olé olá, vamo’ lacademia, vamo sa ganar, ADONDE VAYAN LOS IREMOS A BUSCAR.
Cuando criticabas a Usandizaga, cualquiera que lo conocía aunque sea un poco te miraba resignado y diciendo “No le entran las balas” (metafóricamente: le chupa un huevo). Parece haber llegado la hora de probar con otro tipo de balas, a ver si sí le entran.
Volveremos a perder 3 a 0 de local si no impedimos que en algún momento del corto o mediano plazo los Usandizaga vuelvan a Rosario, ejerzan sus poderes maléficos, disfruten de sus botines, transiten por nuestras calles.
Que el punto de partida administrativo sea su expulsión como socios, al igual que el resto de la comisión directiva residual y también Madelón, si es socio. Y Galíndez zafa porque la sanción pegó en el palo, y por su cara de opa. A Ariel Cuffaro Russo estaría bueno ofrecerle un contrato para que coordine las tareas de jardinería y mantenimiento en Arroyo Seco.
Pero el punto de partida del verdadero y más merecido escarmiento ya se estableció; fueron esos cascotazos de impotencia del domingo a las 7 y pico de la tarde en Salta y Entre Ríos, exponiendo la piel tatuada con el empalidecido blasón centralista a las perdigonadas antimotines. Que se repita. Quizás, si el presente es de lucha, el futuro sea nuestro.
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