Mancomunando patetismos
Otra vez volvimos a ganar, mientras la multitud eufórica no paraba de vitorear al team de Rivoira (¿Hace falta que nos siga diciendo Rosario?) una horda de forajidos tomaba por asalto la utilería del nuestro y nos obligaba a jugar con el pantalón de la selección del Vaticano. Más allá de la novedad, siguen las cuitas en el canalla:
Sergio Rodríguez: éste, al contrario de Ithurralde, sirve únicamente para pegar. Tengámoslo en cuenta cuando sea hora de recrear una vieja reyerta del ascenso aquel que llenaba la boca del Bambino Pons
Figueroa volvió al gol: el escozor que causó su frenada en el penal(todo el estadio temió que ibamos a pagarle la rodilla por bueno) fue la máxima emoción que despertó en todos aquellos que resistieron estoicamente el partido
Fatura vuelve a mostrar algunos signos que creíamos enterrados en el pasado: las salidas, esas enemigas de las carreras de los jóvenes que luego truncan sus posibilidades en el ámbito profesional al desrodillarse
Seguimos sin enganche: adherimos al sentimiento del pobre Martín Rivero, que luchó contra viento y marea para recibir una pelota limpia. Si la impaciencia de las gradas se le sigue trasladando al primer borrego que usa la 10, podremos empezar a hablar del Vecchismo.
Otro arquero figura: Vega le ganó todos los duelos a Figueroa, dignos de un metegol entra
La problemática de Zarif: creemos firmemente de que si el fútbol 11 se jugara con una número 3, el galán de oriente sería crack en cualquier terruño que pisara. El problema sigue siendo que le queda grande la pelota
Por lo menos, se ganó, algo es algo. Tanto pregonar Leo y Ariel que terminamos haciéndoles honor.
Belloso, urgente: un enganche. Un diez, un creativo. Algo que sirva masomenos como para tener la pelota un rato, vos fijate.
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