LA CÁMARA CONFIRMÓ LAS CONDENAS
Al condenado a Promoción se lo vio resignado, sin recursos para revertir el fallo
Rosario no hizo ninguna apelación. "Rosario", como nos llaman los desavisados y los porteños, no apeló al profesionalismo, ni a las técnicas básicas practicadas en la semana, ni a la mínima presencia de ánimo indispensable para definir el partido a su favor, ni a sorpresas individuales, nada nada.
Cada equipo puso en la cancha lo poco que tenía, como en una Navidad de indigentes. Los tucumanos con esperable enjundia y aspereza, los Nuestros con el ya tradicional nervio escénico, la falta de sintonía entre compañeros y algunas desidias llamativas y punibles.
La falta de jerarquía que se vio en esa cancha debe encender luces de alarma. ¿Así de berreta queda el deporte argentino con tanto exilio económico de talentos a Europa?
Terminaron festejando los tucumanos, tendrán sus motivos.
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