ESA HISTORIA JALONADA DE CORAJE

ESA HISTORIA JALONADA DE CORAJE
De hazañas sin par, la gloria eterna de Rosario Central

31 mar 2013

2012/13 Fecha 27: Central 2 - Cuatrogato de Paraná 0



QUEREMOS DENUNCIAR UN PACTO

El partido con Paraná tuvo una bisagra, un punto de quiebre. No fue ni el primero ni el segundo gol, tampoco la primera ni la segunda expulsión de ellos (sugestivamente, dos expulsados de última tecnología: Gas Machine y Water Androide). Hacemos referencia al momento del PACTO.
Ocurrió apenas nos dieron el penal. Encina, ejecutor habitual, tomó la pelota casi con naturalidad, pero desde el banco de suplentes llegó raudo Dieguito Lagos y se la pidió para ejecutar él. "Se tiene confianza", dijeron algunos; o "viene dulce", o "Russo quiere que haga más goles así queda goleador del equipo".
Bueh. Casi sin margen de error, desde este humilde blog afirmamos que lo que hubo fue un PACTO. Un acuerdo de conservar el 2 a 0; conveniente para Central por motivo obvio y como resguardo de más amarillas o lesiones; no tan conveniente pero sin más remedio para Cuatrogato de Paraná, que si no se candidateaba a gran goleada.
El arquero Bertoli, el Oliver Kahn de la cuenca huevera, la entendió con un mero guiño, supo que el disparo penal de Laguitos iba a ser un caramelito al medio, y listo.
A partir de allí el partido fue lo que todos vimos y vivimos, una siesta pascual, una sensación -de ambos lados- de por favor reloj apurate. Si el reglamento del fútbol lo contemplara, al momento del penal los entrerrianos habrían tumbado el rey, como cuando entregás una partida de ajedrez al darla por perdida.
Lo que quedó instaladísimo al menos por un tiempo es el dilema de si el titular debe ser Toledo o Bareiro. Ayer los dos mostraron una característica en común: ambos provocaron unas ganas irrefrenables de cagarlos a trompadas: Bareiro por parte de todo el plantel patronatense, y Toledo por parte de la mitad más uno de la ciudad.
Lo mejor del partido -bah, lo mejor fue todo lo que hizo Jesús Méndez, pero es una forma de decir- fue que al finalizar nos tocó salir primeros a nosotros del estadio, y ahorrarnos esa espera inflacionaria de 20 minutos.
Casualmente, la anterior vez en que disfrutamos de ese privilegio tuvo mucho en común con la de ayer: el adversario también había traído no más de 20 hinchas -solo que aquella vez camuflados entre los locales-, y su camiseta también era roja y negra. Sólo que aquella vez, enero de este año, el rival no se presentó.

PUGILATO: EN EL RINCÓN LE PONEN LA TOALLITA EN LOS HOMBROS A BAREIRO.

1 comentario:

Adrian dijo...

La reacción de Bareiro fue justa: alguien, desde el banco alcanzó a oir la frase denostativa para él-Paragua teñido, le dijeron en la cara.Declaró, ya entre sus íntimos, que desde la guerra contra el Paraguay o la dictadura de Stroessner que no sufría semejante afrenta.
-Soy un rubio que se va oscureciendo, declaró, muy ofendido, mientras masticaba un chipá-Que es muy distinto