ESA HISTORIA JALONADA DE CORAJE

ESA HISTORIA JALONADA DE CORAJE
De hazañas sin par, la gloria eterna de Rosario Central

10 may 2013

Propongo que el domingo llueva


¿Qué vas a hacer el domingo?
Ya nos han llegado concienzudas listas de recomendaciones de qué debemos no hacer el domingo en la cancha para que a Central no le quiten los puntos.
Y también hay planes de festejo que abarcan un rango variopinto de alternativas legales, ilegales o combinadas.
¿Y para antes del partido?
Les contamos la opción mágica.
Los de más edad lo entenderán mejor si recuerdan los avisos televisivos "La segunda oportunidad". En ellos mostraban tragedias reales, graves e irreversibles provocadas por una persona, y luego retrocedían el tiempo  -la filmación- hasta el instante previo para darle una segunda oportunidad al protagonista y así éste evitaba el accidente.
Te dejaba esa sensación de confusión seguida de alivio, típica del despertar de una pesadilla.
Ahora les proponemos:
Cerramos los ojos y con esfuerzo y tesón reordenamos el recuerdo de las horas previas al pesaroso 23/5/10... el viento fresco, la lluvia, el almuerzo indigesto, las cábalas, la confianza -con reservas- en un destino que no nos podía fallar, el tránsito nervioso, la caminata de ingreso a la cancha, las cábalas, la búsqueda de nuestro lugar en la cancha...
Ahí, en ese instante es cuando, entre visiones borrosas de prójimos en rezo, nos gana la marea alcalina del almuerzo y nuestros párpados caen dos, tres veces, cabeceamos con mentón al pecho, y quedamos irremisiblemente dormidos, en un sueño profundo del que no podemos volver ni siquiera por el griterío alrededor nuestro.
Entonces comenzamos a soñar ese confuso sueño que por momentos nos muestra la cara de boludo de Galíndez, ora la mirada perdida del imbécil de Madelón, ora la enésima rascada de cabeza de Figueroa. El sueño se prolonga y degenera rápidamente en pesadilla, mojada por lluvia gris. Los demonios son congéneres furiosos que tratan de romper lo que sea, o los usandizagas escapando a través de túneles rocosos, y hay un monstruo de miles de cabezas que braman de odio e impotencia. Y no hay forma de despertar ni de dejar de mojarse. La pesadilla continúa y parece no terminar nunca. Se suceden imágenes horrorosas que nos esmerilan el alma: derrotas en Comodoro Rivadavia, penales errados tras penales errados, canchas recónditas, nombres inauditos, y seres mitológicos como de leones, merlos, rivoiras, malas versiones de kilys...
- ¡No, por dios, cómo carajo puedo salir de este mal sueño!, logramos decirnos en contados momentos de autospección, esos en que, dormido, te das cuenta de que estás soñando.
La pesadilla se hizo demasiado larga.
El domingo desde la mañana intentaremos repetir casi con exactitud todos los movimientos que hicimos en las horas previas a aquel partido funesto contra alboi.
El mismo grupo humano, similar lugar de reunión, el mismo menú de empanadas, el mismo vino, el mismo itinerario hacia la cancha... Nos guionaremos la conversación para que sea parecida, y la ensayaremos el sábado a la noche... Entraremos al Gigante como aquel día y trataremos de ubicarnos en el mismo lugar... esperando, esta vez sí, la segunda oportunidad con final feliz.
Pero con los ojos bien abiertos, nada de sopor.
Esta vez hay que estar muy atento para no chocar de nuevo.
Cuando todo sea alivio y luego alegría, sacudiremos la cabeza como negando, con una sonrisa, y pensaremos "Menos mal, había sido solo una pesadilla".
Y probablemente todo ocurra bajo una lluvia que nos lave la cara y disimule alguna lágrima. Como aquel día.



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